Vendedoras del Malecón de Leticia: entre el abandono y la incertidumbre

Desde el corazón del Amazonas colombiano, en el Malecón de Leticia, se alza una voz que representa a decenas de mujeres cabeza de hogar que hoy enfrentan una realidad difícil. A pocos metros de la isla de La Fantasía y con la frontera de Perú al frente y Brasil al costado, este punto fronterizo no solo es geográficamente especial, sino también un centro de lucha diaria por la dignidad y el trabajo informal.

«Estamos aquí, en el Malecón de Leticia, pero nos sentimos como si estuviéramos en un juego de pin pon», comentó una vendedora con más de 30 años de experiencia en la zona. Se refiere a las constantes órdenes del alcalde local, que los mueve “de aquí para allá y de allá para acá” sin ofrecer soluciones concretas ni considerar la realidad de quienes viven de este espacio.

El malestar crece entre los comerciantes. Las amenazas de reubicación sin un plan ordenado ni concertado, han generado un ambiente de desconfianza. Las vendedoras no se oponen a la organización del espacio, pero piden que haya diálogo, respeto y sentido común. “Si van a reubicarnos, primero hay que organizarnos: los que venden asado en una parte, los de cafetería en otra, por secciones”, propone una de ellas, buscando mejorar tanto la imagen del lugar como las condiciones de trabajo.

Hoy, el Malecón luce desordenado, afectado por la informalidad, la falta de servicios básicos y la creciente presencia de problemáticas sociales como la drogadicción, que también ahuyenta a los turistas. “¿Cómo va a querer un turista sentarse a comer entre el humo, las cosas en mal estado, y encima ver tanta drogadicción?”, se pregunta con frustración una de las mujeres.

La situación es crítica: los turistas ya no consumen como antes, y la economía del lugar depende en gran parte de los habitantes de las veredas y del río. Sin apoyo del gobierno municipal ni departamental, muchas de estas mujeres sienten que están solas, invisibles para las instituciones.

“Somos madres cabeza de hogar, trabajamos desde las 3 de la mañana hasta la tarde, y no tenemos un salario digno. Solo pedimos que nos dejen trabajar en paz”, concluye una de las vendedoras, haciendo un llamado a la unidad de sus compañeras y al respeto por su labor.

Este testimonio no solo refleja el abandono institucional, sino también la urgencia de crear políticas públicas que dignifiquen el trabajo informal en las regiones más apartadas del país. Porque detrás de cada puesto de venta en el Malecón de Leticia, hay una historia de esfuerzo, de lucha y de resistencia.

 

 

Subcomisión Departamental de Política Salarial

En el marco de la Subcomisión de Política Salarial, un espacio tripartito de diálogo entre trabajadores, entidades públicas y gremios empresariales, se abordaron temas cruciales para el mundo laboral en Colombia, tanto a nivel nacional como distrital. Este espacio busca analizar y fortalecer la política pública de trabajo decente, en un país que aún enfrenta profundas brechas en materia laboral.

Desde la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), especialmente desde su seccional Bogotá–Cundinamarca, se ha venido denunciando de manera reiterada las violaciones sistemáticas al derecho de asociación, así como la falta de garantías en seguridad social, riesgos laborales, libertad sindical y condiciones de contratación dignas.

Colombia sigue siendo, tristemente, uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el sindicalismo. Es el país con más líderes sindicales asesinados, y aún persisten conductas antisindicales que deben ser identificadas, inspeccionadas y sancionadas. La política pública en construcción busca precisamente fortalecer ese ejercicio de inspección para que el derecho a sindicalizarse sea realmente respetado.

Uno de los temas críticos expuestos fue la alta informalidad laboral, especialmente en Bogotá, que deja a miles de personas por fuera del sistema de protección social y sin garantías mínimas. En ese sentido, la CTC celebra los esfuerzos del gobierno nacional para promover planes de contratación con beneficios para jóvenes, personas en condición de discapacidad y adultos mayores, pero insiste en que estos programas deben ser visibles, ampliamente conocidos y efectivamente implementados por las empresas, garantizando la contratación directa, con seguridad social y todas las prestaciones de ley.

Como Confederación, la CTC ha reafirmado su compromiso con el trabajo digno, decente y estable. Y para lograrlo, considera clave la implementación del diálogo social como principio fundamental en las relaciones laborales. Promover el contacto directo entre trabajadores y empleadores permite abordar conflictos, prevenir abusos y construir soluciones colectivas.

Durante esta jornada también se abordaron temas de especial interés como la erradicación del trabajo infantil y la implementación de la nueva ley pensional, que busca beneficiar a millones de colombianos. Asimismo, se hizo un llamado a fortalecer enfoques transversales dentro de la política pública, como el enfoque de género y el de garantía de los derechos humanos, fundamentales para cerrar brechas de contratación, eliminar la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, y asegurar condiciones laborales justas para todas y todos.