Dura realidad en el Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de Leticia

El Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de Leticia alberga no solo a personas privadas de la libertad, sino también a servidores públicos que, con compromiso y valentía, enfrentan a diario los desafíos propios de su labor. Uno de ellos es Diego Calderón, miembro activo del sindicato SEUP Leticia, quien compartió su experiencia, marcada por el sacrificio, la convicción y la defensa de los derechos laborales.

Desde hace 29 meses, Calderón se desempeña como dragoneante en el centro penitenciario. Su jornada inicia a las 7:00 a.m. y culmina a las 5:00 p.m., prestando servicios de seguridad en los pabellones. Una rutina exigente, que demanda firmeza, entrega y un profundo sentido del deber. En sus palabras:

“No es un trabajo fácil, en el día a día uno arriesga mucho la vida”.

La decisión de pertenecer al sindicato SEUP no fue tomada a la ligera. Para él, esta organización representa una estructura con trayectoria, fortaleza y compromiso en la defensa de los derechos de los servidores penitenciarios:

“Nos ha apoyado mucho, especialmente en momentos donde el respaldo del Estado ha sido insuficiente. El sindicato garantiza nuestros derechos, y eso nos hace sentir acompañados y protegidos”.

Sin embargo, no todo ha sido fácil. Hace apenas un mes, el equipo vivió uno de sus momentos más dolorosos: la pérdida de un compañero, víctima de un atentado con arma de fuego mientras cumplía con su labor.

“Fue muy duro. Estaba descansando cuando me enteré. Al día siguiente, cuando regresé al trabajo, nos dieron la noticia. Él luchó por su vida, pero las heridas fueron demasiado graves”, recordó con tristeza.

Los desafíos en el centro penitenciario no se limitan a los enfrentamientos o disturbios internos. La infraestructura deficiente representa un riesgo adicional. Calderón explicó:

“El comandante de la parte interna debe manejar tres pabellones, pero la estructura no permite una adecuada visualización del orden público, lo que dificulta la tarea”.

Aun así, el compromiso del personal permite mantener la disciplina y el respeto por los derechos humanos.

El dragoneante también destacó la importancia de la presencia de la CTC en la región:

“Leticia ha sido una zona olvidada por muchos, y la presencia de la CTC representa un gran respaldo. Es clave que se visibilicen las condiciones en las que trabajamos. Eso nos llena de esperanza, porque sabemos que, al conocer la realidad, pueden llegar soluciones”.

Este testimonio nos recuerda que detrás de cada uniforme hay seres humanos que arriesgan su vida cada día para garantizar la seguridad y el orden. Que existen regiones apartadas donde el compromiso institucional y sindical no es solo necesario, sino vital. Y que el reconocimiento, la presencia y la acción son esenciales para construir un sistema penitenciario más justo, digno y humano.